lunes, 14 de enero de 2013

Capítulo 1: Albinos.

El instituto estaba tal y como lo recordaba, nada había cambiado. Llegué con facilidad a la sala de delegados y como era de esperar, allí estaba el maravilloso rubio de ojos dorados. Entré con cautela y el chico sonrió.

-Hola Nathaniel, te estaba buscando -su mirada confundida me confirmó que no me había reconocido.

-Hola, ¿eres la nueva alumna verdad? ¿Necesitas algo? -preguntó amablemente sin dejar de sonreír en ningún momento.

-Veo que no te acuerdas de mi -sonreí al ver que se enrojecía-. Soy Zurie Kilgore, estaba en tu clase hace dos años.

-¿Zurie? -no pudo ocultar el tono de sorpresa, lo que me hizo reír.

-Sí, la misma.

-Has cambiado bastante. Estás genial... -bajó el tono y se mordió el labio arrepentido de sus palabras-. Es decir, no quiero decir que antes no estuvieses bien, solo que has cambiado mucho y se nota que te ha sentado bien la mudanza y...

-Tranquilo, sé que he cambiado a mejor, no me molesta que me lo digan -le guiñé un ojo y solté los papeles que tenía rellenos para la inscripción al instituto sobre la mesa. Sin más preámbulos me di la vuelta y salí por donde había entrado. 

Busqué mi taquilla, la número "2" (mi favorito) y metí algunos libros. Cogí el horario y me dispuse a ir a clase de Historia. Sería una larga hora. 

Como en todos los institutos, me hicieron presentarme y contar un poco sobre mí. Nadie me había reconocido y cuando mencioné mi nombre y que había estado en el "Sweet Armonis" dos años antes, los alumnos comenzaron a murmurar. La verdad es que yo tampoco los reconocía a todos, pero algunas caras sí que me eran familiares. Iris, una de las únicas que me había hablado cuando yo era una marginada social estaba en mi clase, junto a un grupito de tres brujas que me habían hecho la vida imposible, Ámber, la despampanante y descerebrada hermana del delegado, y sus fieles perritas Li y Charlotte. 

Éstas tres últimas me miraron con desprecio, seguramente criticando con la mirada cada milímetro de mi ser. ¡Cómo las odiaba! Terminó mi presentación y la puerta se abrió de golpe. El profesor se llevó una mano a la cabeza, desesperado, cuando vio al pelirrojo entrar y sentarse sin mediar palabra. Cogió un asiento al final, y para mi desgracia, el único libre que quedaba era el pupitre contiguo. 

-Castiel, buenos días a ti también. Que sepas que tienes un retraso -el pelirrojo gruñó algo en voz baja y se echó hacia atrás en la silla con un gesto prepotente.

Al pasar entre los alumnos, Ámber me dirigió una mirada cargada de odio que no pude ignorar. Me apoyé en su pupitre aprovechando que el profesor se había dado la vuelta para escribir algo en la pizarra y me acerqué a ella.

-Veo que no te olvidas de mi, barbie -susurré casi a su oído. Ella se separó con un gesto asqueado y me dirigí a mi asiento.

Castiel no se molestó en mirarme y le di gracias al cielo. Aquél macarra era capaz de plantarme cara y no quería montar una escena mi primer día de clase. Tomé apuntes de lo poco que explicó el profesor y al terminar la clase me dirigí a matemáticas, donde casi me estalla la cabeza por culpa de tantas incógnitas. Después tenía literatura y por fin llegó la esperada hora del recreo. 

Me senté en la escalera de la puerta para que me diese un poco el sol y me puse los auriculares. Sonaba "For whom the bells tolls", de Metallica, cuando sentí una mano en mi hombro y me giré bruscamente. Me encontré de frente con una chica guapísima y con cuerpo envidiable. Tenía el pelo largo y blanco, del mismo color que sus ojos. Vestía un uniforme blanco y negro precioso con unas botas negras altas. La verdad es que el atuendo parecía bastante caro. Sonrió al verme y se sentó a mi lado. Aparté los auriculares de mis oídos y la miré esperando a que dijese algo.

-¡Hola! ¿Eres Zurie no? -tenía una voz dulce y alegre. Asentí con la cabeza y ella sonrió -. Hoy todo el mundo habla de ti ¿sabes? Yo no te conocí cuando estabas aquí porque aún no me había mudado a esta ciudad, pero bueno, no es tarde para conocerte, ¿no?

Algo confundida, fruncí las cejas. ¿Estaba siendo amigable conmigo? No me lo podía creer. En fin, no era mala idea tener nuevos amigos, y al fin y al cabo, ella no me había ignorado nunca, pues hasta ese día no nos conocimos. Ella esperó una respuesta sin dejar de sonreír. Parecía buena persona y muy amable.

-Claro, encantada, ¿tú te llamas...? 

-Me llamo Rosalya. No me extraña que no te acuerdes de mi, había mucha gente en los bares en los que cantabas. Lo haces genial, de verdad, adoro la pasión que pones en el escenario -así que ya me conocía. Seguramente se topó casualmente alguna vez en un bar con mi grupo-. Te vi una vez en un bar y desde entonces busqué tu grupo por internet, por carteles en la cuidad y pregunté en algunos bares. Yo y mi novio no nos perdíamos ni un concierto tuyo.

-Oh, me alegro mucho de que te hayan gustado los conciertos, pero ahora que me he mudado, he tenido que dejar el grupo -le expliqué sin saber muy bien por qué lo hacía. Era la primera vez que me desenvolvía tan bien con una desconocida, y la verdad es que me sentía bien. Esa extraña chica me inspiraba confianza.

-Es una pena... -murmuró poniendo cara triste-. ¡Pero aquí también hay un grupo! Mi cuñadito es el cantante y no creo que les importe que te unas...

-Gracias, pero ahora tengo que ponerme al día con las clases y estaré muy ocupada -la interrumpí para evitar una posible situación incómoda. 

No me podía permitir el lujo de involucrarme tan pronto en un grupo y dejar de lado los estudios. Además, no conocía a los integrantes y se me haría violento tener que cantar con unos desconocidos.

-No importa, más adelante tal vez -sonrió y me agarró del brazo, levantándome del escalón-. Pero al menos, déjame que te los presente. 

Me arrastró por el interior del instituto hasta que llegamos a una escalera bastante escondida que no conseguía recordar. Miró hacia todos lados y cuando se aseguró de que no había nadie me empujó escaleras arriba con prisa. 

Todo estaba muy oscuro y solo había una vieja y oxidada puerta. Rosalya la empujó con cuidado de no hacer ruido y pasó hacia el otro lado. Sin fiarme mucho, la seguí con cautela y pude comprobar que aquello era nada más y nada menos que la azotea del instituto. Estaba prohibido el acceso, pero al parecer, a la chica no le importaba lo más absoluto. 

-Rosalya, ¿sabes que está prohibido subir aquí? -me hizo un gesto para que me callase y fue hacia la derecha, detrás de una pared. 

Me quedé con la boca abierta al comprobar que allí estaba nada más y nada menos que Castiel, con un cigarro en una mano y una cerveza en otra. Levantó la mirada y casi se atraganta al vernos. Después de toser un poco, pudo decir algunas palabras.

-¡Pero tú estás loca! ¡¿Qué hace ella aquí?! -gritó, a lo que yo le respondí con una mirada fulminante y Rosalya le dio un tortazo en la cabeza. Castiel soltó algo parecido a un quejido y volvió a gruñir. Al final iba a resultar que el pelirrojo tenía complejo de perro.

-Es Zurie, la nueva, venía a presentarle al grupo. Ella es cantante, ¿sabes? -recibí una mirada gélida de Castiel y un apretón de manos de Rosalya. 

Si me lo hubiese propuesto, podría haber cortado la tensión con unas tijeras. El ambiente estaba bastante cargado y no me sentía cómoda. Miré a la albina, la cual miraba desafiante a Castiel, como advirtiéndole de que debía controlar sus palabras. 

-Rosalya, creo que sobro aquí. Lo Rottweiler son bastante territoriales y éste ya tiene los pelos de punta -señalé a Castiel con gesto despectivo y Rosalya no pudo contener la risa. 

-¿Ves Cast? No soy la única que te encuentra parecido con los perros -rió y el joven puso una mueca de desagrado mientras le daba una calada al cigarro-. En cuanto a ti, no te vas a ir, aún tienes que conocer a mi cuñado -en ese momento, escuché un ruído a mi espalda y me giré violentamente. Alguien estaba abriendo la puerta. Nos habían pillado.

Pero entonces, una cabellera blanca con destellos plateados brilló al sol. Un chico algo más alto que yo, que parecía venir de otra época, se acercaba con un gesto despistado. Llevaba una chaqueta negra con botones blancos, una camisa blanca, unos pantalones negros ajustados y unas botas negras también. Pero lo que terminaba el por completar el "look" era un pañuelo verde atado al cuello. Sin duda, tenía un estilo bastante peculiar y llamativo, lo cual me agradó. Al levantar la vista me topé con aquellos ojos bicolores que me observaron con curiosidad durante unos segundos que se me hicieron eternos. La luz los hacía brillar y contrastaban a la perfección con su pálída piel y su cabello blanco.

-Hablando del rey de Roma -masculló Castiel, del cual me había olvidado por completo. Rosalya también lo miraba sonriendo y me desperté de aquél trance. Parecía que me había transportado a otro mundo, donde solo estábamos aquél albino y yo, pero no fue así. 

Con paso firme se acercó a mi y se agachó levemente para tomar mi mano y llevársela a los labios. Rozó con un dulzura y delicadeza, haciendo de aquél gesto, algo perfecto a la par que caballeroso. Se irguió y sonrió, mostrando unos dientes blancos y perfectos. ¿Acaso era un ángel?

-Lysandro, a su completa disposición -susurró el albino.


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Y aquí os dejo un dibujito hecho por mi. Espero que os guste :3










6 comentarios:

  1. Ola!! Soy nueva y he empezado a leer tu fic! Me ha encantado!! Espero con.ansias los.siguientes capis. Me los he leido muy rapido ojala los.hagas mas largos!! Jiji q avariciosa.soy sorry Me ha enganchad a la primera y me.encanta la personalidad que le das a mi adorado castiel . Un besoo muy fuerteee

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  2. ¡Hola! Esto... bueno, veo que tienes como cabecera de tu blog mi dibujo de los chicos de CdM >////< No me molesta ni nada, sólo me ha sorprendido verlo ahí >///<

    Y bueno... sólo era eso >///< ¡Saludos!

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  3. ¿Eres tú la autora del dibujo? Es una pasada y siento mucho si te molesta que lo haya cogido... Si quieres lo quito, pero esque me encantó ^^
    Un besito, Kumiko.

    Hola barby! Es genial que te haya gustado el fic. Publicaré hoy o tal vez mañana, e intentaré hacerlos más larguitos si así os gusta más. Un besito barby!

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    1. Sí, yo lo hice >///< Muchas gracias! No, tranquila, es sólo que me sorprendió, no imaginé que pudiera gustarle a la gente para hacer cabeceras y eso >///< No me molesta.

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    2. Pues que sepas que en cuanto la vi pensé: esta imagen tiene que estar en mi blogg... y bueno, acabó de cabecera ^^ Eres toda una artista, un beso!

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    3. tu fic se centra en tu chica y castiel? si es asi que mal, pence que se sentraba mas en kentin

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Dulces corazones de melón.