jueves, 3 de enero de 2013

Sentimientos ocultos -Castiel&Lysandro-

El siguiente relato tiene alto contenido "yaoi", por lo que es para mayores de 18 (supuestamente, pues yo tengo 17 jijiji). Me veo obligada a advertir de su contenido, pero quien quiera leerlo puede hacerlo. 
Es mi primer relato de este género, por lo que no sé si gustará o no (espero que sí), con el tiempo mejoraré.
-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-

-Hasta mañana Debrah -se despidió Lysandro de la vocalista.
-Adios Lysandro -respondió ella saliendo por la puerta seguida por Castiel.

En cuanto la pareja estuvo fuera del estudio, ella agarró al pelirrojo de las manos y comenzó a hacerle esos "mimitos" que tanto le gustaban a él. Acariciaba sus brazos hasta llegar a los hombros para así rodear el cuello del guitarrista con sus brazos y besarlo.

Castiel movió sus labios con gran maestría sobre los de Debrah, saboreando cada milímetro de su boca. Ella introdujo su lengua poco a poco en la boca de él, acariciando sus dientes lentamente, torturándolo como solo una experta sabía hacer. Castiel, ni corto ni perezoso, unió su lengua a la de su novia, moviéndola insistentemente y profundizando el beso.

Cuando ya no podían respirar, Debrah retuvo el labio inferior del pelirrojo entre sus dientes durante unos segundos antes de separarse con una sonrisa traviesa. Él respiraba con dificultad y su cara se tornaba roja, muestra de la exitación que le había provocado la cantante.

-Mañana nos vemos, gatito -susurró ella antes de despedirse con un rápido beso y salir corriendo hacia un coche que se había parado frente a ellos.

Castiel suspiró resignado y algo molesto "Siempre igual, será zorra. Por eso me gusta tanto", pensó mientras volvía al interior del estudio donde su amigo le esperaba. Lysandro que permanecía sentado hojeando su bloc de notas, levantó la mirada y al ver la cara de su amigo no pudo evitar mostrar una sonrisa torcida.

-Supongo que me toca a mi terminar lo que ella ha empezado... -dijo mientras Castiel se acercaba a él con una sonrisa traviesa.
-Supones bien -su corta respuesta contentó al albino, que recibió gustoso los labios del pelirrojo.

Éste último estaba más fiero que nunca, y eso era difícil. Asaltó su boca, moviendo su lengua insistente por toda la cavidad del albino y mordiendo sus labios con fiereza. Lysandro sostuvo la cara de su compañero entre sus manos, separándolo unos centímetros y lo miró a los ojos.

-Shh... calma, que no hay prisa -susurró, haciendo que Castiel recibiera su dulce aliento.

"Maldito Lys. Siempre tan tranquilo" refunfuñó el pelirrojo mentalmente, intentando relajarse para contentarlo. El vocalista sonrió al ver como su amigo se relajaba, y le besó con dulzura, como solo él sabía hacerlo. Castiel adoraba los besos de Lysandro, lentos, cariñosos, dulces y con una precisión inigualable. Eran los mejores labios que había probado en su vida, y eso que el repertorio era bastante amplio. Sintió la lengua de peliblanco adentrándose en su boca, acariciando la suya con ternura.

Las manos de Castiel, instintivamente, acariciaron el cuello de su amigo y bajaron hasta el pañuelo que adornaba su cuello, deshaciéndose de él de un tirón. El albino acarició el rojizo cabello que tenía entre las manos y descendió hasta la chaqueta de cuero para quitársela. Bajó hasta el cuello del pelirrojo y lo llenó de húmedos besos y leves mordiscos, lo que hizo que Castiel perdiera el poco control que le quedaba.

Agarró a Lysandro por el cuello de la camisa y lo estampó contra la pared, haciendo que sus cuerpos quedaran pegados. Lys suspiró y murmuró algo que Castiel no entendió, pero en ese momento poco le importaba lo que dijera. Se presionó aún más sobre su amigo para que notase su evidente erección. El albino le imitó y su compañero sintió su enorme miembro presionando en su abdomen.

-Joder Lysandro, me tienes que decir que comiste de pequeño para tener semejante... cosa -gruñó el pelirrojo lanzándose al cuello de su amigo, que no pudo evitar soltar unas carcajadas ante su comentario.

A diferencia de Lysandro, Castiel era mucho menos cuidadoso. Mordía con furia, dejando marcas por todas partes, señalando todo centímetro que le perteneciera. El vocalista gimió al sentir los dientes del pelirrojo en su oreja. Castiel estaba en su límite, ya no podía aguantar más. Llevó sus manos hasta los pantalones de su compañero y se los bajó de un tirón. Se sorprendió al ver que no llevaba ropa interior, por lo que su miembro quedaba recto e imponente ante sus ojos. Se mordió el labio mientras se agachaba y le dirigió una mirada lujuriosa al albino, que había perdido toda la tranquilidad que le caracterizaba y respiraba con dificultad.

-Ca-Castiel, no te hagas de rogar -gruñó Lysandro, cuya paciencia estaba llegando a su límite. Castiel adoraba escucharlo así, tan impaciente y excitado, por lo que decidió jugar un poco más.

-¿Hacerme de rogar? ¿Yo? Creo que te confundes -ronroneó acariciando la erección del albino lentamente, bajando y subiendo la mano con cuidado, solo rozándolo.

Lysandro, enloquecido por la excitación, cerró los puños con fuerza y se mordió el labio inferior, intentando soportar aquella tortura. De buenas a primeras, Castiel besó el enorme miembro que tenía frente a él y se detuvo chupando la punta, saboreándola durante unos segundos antes de metérselo en la boca. Con una mano seguía masajeando la parte que quedaba fuera, pues no le cabía entero. Se desabrochó los pantalones y bajó la otra mano para acariciar su erecto miembro, el cual ya reclamaba su atención.

Lys agarró al guitarrista por el pelo para inmovilizarlo y movió las caderas para meter y sacar por completo su duro miembro de la boca del pelirrojo. Castiel siguió acariciándose a sí mismo mientras soportaba con gusto las embestidas que su compañero arremetía contra su boca.

Un gemido del albino le informó de que ya estaba a punto de llegar al clímax. Apoyó ambas manos en los muslos de Lysandro para poder apartarse y ponerse en pie.

-Estaba a punto de acabar -dijo Lys algo enfadado porque no lo hubiese dejado terminar.
-Y acabarás, pero no en mi boca -gruñó Castiel, agarrando el miembro del albino y masajeándolo rápidamente.

Las piernas del vocalista temblaron y sus dulces gemidos llenaron la sala. El suspiro final y el líquido caliente que se derramó en las piernas de Castiel, fueron la prueba de que el albino había llegado al clímax. Sin fuerzas, se sentó en el suelo ante la mirada lasciva del pelirrojo, que se pasó un dedo por las piernas y lleno de semen, lo puso frente a la cara de Lysandro. Éste sabía lo que quería, y no haría falta que le insistiera. Sacó la lengua y lamió el dedo del pelirrojo, para después introducírselo en la boca chuparlo con ansias. Castiel sonrió y se agachó junto a su amigo, agarrándolo para colocarlo a cuatro patas. Ahora le tocaba a él.

Lys se mostró sumiso y el pelirrojo no tardó en penetrar su orifico con dos dedos. Estaba bastante apretado y cálido, y eso le gustaba. Introdujo un tercer dedo y los movió abriendo el culo de su compañero al máximo. Cuando vio que ya estaba preparado para recibirlo. Agarró su miembro con una mano y con la otra separó las nalgas de su amigo. Dirigió su pene hacia la entrada y presionó en ella con delicadeza, no quería hacerle daño. Lysandro se relajó, lo que hizo que la erección de Castiel entrara fácilmente.

El pelirrojo embistió lentamente, haciendo gemir al albino. Besó la espalda de este y se apoyó sobre ella para llegar a su cuello, que mordió a la vez que metió el miembro por completo. Lysandro gritó de dolor y placer y Castiel tiró de su blanco pelo, haciéndole girar la cabeza hacia un lado para poder besarle. Mordisqueó sus labios e introdujo la lengua con fiereza en la boca del albino, que suspiraba extasiado. Aceleró las embestidas sin dejar de besarlo y Lys gimió en su boca, enloqueciéndolo por completo. Tras varias embestidas más, terminó de derramarse en el interior de su compañero. Cayó sobre la espalda de éste, como un peso muerto y cuando su respiración se hubo tranquilizado, se separó del cuerpo que había vuelto a profanar.

El pelirrojo se levantó y recogió su chaqueta de cuero del suelo, sacando un paquete de tabaco. Se sentó en una silla y desabrochó sus camisa, que estaba pegada a su cuerpo por el sudor. Encendió un cigarro observando a Lysandro, que se había sentado apoyado en la pared. Su camisa también estaba mojada, pegada a su abdomen, marcando cada delicioso centímetro del albino. "Joder, acabo de tirármelo y ya quiero más". Terminó de fumarse el cigarrillo y se puso los pantalones, que estaban salpicados por pequeñas manchas blancas.

-Genial, Lys... ¡Son nuevos! -gritó Castiel señalando los pantalones.
-Pues ya los he estrenado yo -respondió el albino con el tranquilo tono de voz que le caracterizaba. Volvía a ser el mismo de siempre.

El guitarrista abrochó los botones de la camisa, se puso la chaqueta de cuero y se echó la guitarra a la espalda. Le tendió una mano a su compañero, que seguía solo con la camisa. Se levantó, quedando frente al pelirrojo de ojos grises.

-Mañana a las cinco aquí otra vez -dijo Castiel, colocando bien la camisa de su compañero.
-Vale, llamaré a Nathaniel para que toque la batería -murmuró el albino sin dejar de mirar al pelirrojo. Le volvía loco, tenía algo a lo que era incapaz de resistirse. "Tal vez sus ojos..." se dijo mentalmente.
-¿Quién ha dicho que vayamos a ensayar? -preguntó Castiel levantando una ceja y mirando a su amigo con media sonrisa- Mañana quiero tenerte para mí solo.

Lysandro se mantuvo pensativo, sin decir nada, como de costumbre. El guitarrista le acarició el pelo con ternura y besó sus labios con una dulzura impropia de él. Lys, sorprendido por aquél gesto tan cariñoso, sonrió y le devolvió el beso.

-¿Sabes? A veces me gustaría que no tuviéramos que escondernos... -murmuró el pelirrojo frunciendo los labios y separándose de él con la cabeza agachada.

Lysandro enmudeció. Castiel jamás le había dicho nada así, y aunque él sentía lo mismo, nunca se habría esperado aquellas palabras de su compañero. Lo siguió con la mirada hasta que desapareció por la puerta.

-Ya lo echo de menos... -se dijo en voz alta.






9 comentarios:

  1. Lysandro de uke me gusta *-* buen fic :D ♥

    ResponderEliminar
  2. *sangrado* eso fue demasiado yaoi para mi, casi me mareo,increíble eres increíble Zurie, pero mas suave la proxima, creo que casi se me sale todo la sangre por la nariz *¡¡*

    ResponderEliminar
  3. *-* AMO EL YAOI !!!! "DERRAME NASAL" ESTAN EXCITANTE X3 jijijijijijiiji

    ResponderEliminar
  4. Che.m.. ya me exitee demaciado alguien me hace el favor de tener s**o comigo??

    ResponderEliminar
  5. "artemisa cae al piso medio muerta por derrame nasal"...... ya puedo morir feliz X.X

    ResponderEliminar
  6. *sangramiento nasal* me encanta el yaoi asdfghjklñ, me encanto <3

    ResponderEliminar
  7. oie k perro zukulemtho, bn zabrozongo jajajaja

    ResponderEliminar
  8. Oye ya ni tienes historia de estos dos???? <3 dime que siiiiiii

    ResponderEliminar

Dulces corazones de melón.